El
conflicto con Catalunya ya no tiene una solución jurídica
ordenada”
- El catedrático de Derecho Constitucional defiende que fue el TC el que rompió el pacto territorial de la Constitución en 2010 y sumió a Catalunya en el actual desorden
El
catedrático de Derecho Constitucional, Javier
Pérez Royo,
se siente “una voz que clama en el desierto”. Él mismo define
así su visión sobre la situación catalana, que viene denunciando
desde el 2007, y que supone toda una rareza en la literatura
constitucionalista publicada y debatida en los últimos años.
Defiende que fue el Tribunal Constitucional quien rompió el pacto
constitucional y dejó a Catalunya fuera del marco, con lo que era
previsible que se produjera una situación tan anómala como la
actual. El constitucionalista sevillano ya vaticinó en enero una
escalada de tensión inevitable. A pesar de la presión ambiental,
sigue manteniéndolo y es de los pocos que ve como única salida un
referéndum catalán y una reforma de la Carta Magna. Por este orden.
¿El fallo
del TC contra el Estatut vulneró la Constitución?
Lo llevo
diciendo desde 2007. Ya en mi primer artículo sobre el recurso al
Tribunal Constitucional contra el Estatut argumenté que lo que se
estaba poniendo sobre la mesa era un “golpe de Estado”. Lo
escribía cuando se hizo la sentencia sobre la recusación del
magistrado Pérez Tremps. Y avisé de que si el “golpe”
triunfaba, nos íbamos a enterar y las consecuencias serían
terribles. Cuando llegó la sentencia, en 2010, insistí por activa y
por pasiva en que eso era cargarse la Constitución. Y lo mantengo.
¿Por qué?
Recapitulemos.
En el 78, el constituyente tuvo en la cabeza desde el primer momento
a Catalunya. Se trataba de no repetir la experiencia del 31, cuando
Catalunya aprobó el estatuto de autonomía antes de la propia
constitución republicana. Se trataba de evitar a toda costa que
Catalunya diera el primer paso sin el visto bueno previo del Estado.
Por eso, se diseñó una fórmula de integración de Catalunya que se
fundamentó en dos garantías. La primera jugaba a favor del Estado:
Catalunya no podía imponer un estatuto con el que el Estado no
estuviera acuerdo. La segunda, que jugaba a favor de Catalunya, fue
que la última palabra la tenían los ciudadanos catalanes en
referéndum.
¿Y eso es
lo que se rompe en 2010?
Es que está
en la Constitución. Esas dos garantías están en el título VIII y
en el Estatuto, que solo se han leído los especialistas. O sea, la
Constitución territorial se fundamenta en el pacto entre los dos
parlamentos y el referéndum. Y nada más.
El origen
rige
rige
El TC rompió
el pacto constitucional al desautorizar el pacto entre parlamentos e
ignorar el referéndum. Lo que ha conseguido es trasladar el
referéndum de punto de llegada a punto de partida”
El
referéndum debía ser la estación final.
Es el punto de
llegada. Pero la sentencia se carga ese mismo principio. El fallo
desautoriza el pacto entre el Parlament y el Congreso, y además
ignora el resultado del referéndum. Las dos garantías en que
descansa la Constitución territorial se las carga.
No se
trata de lo que recorta, pues.
La sentencia
no carece de argumentación jurídica e incluso se puede estar de
acuerdo con algunas de las cosas que se dicen en ella. Pero el
problema es otro. Estamos hablando de la integración de Catalunya en
el Estado. Y ésta sólo se podía hacer con un pacto entre
parlamentos y un referéndum. Está en el propio artículo 2:
reconoce un principio de unidad política del Estado y el del derecho
de autonomía de las nacionalidades y regiones. Es un doble
compromiso. Las Cortes representan el principio de unidad y el
Parlament representa el derecho de autonomía. A las cámaras les
corresponde pactarlo y a los ciudadanos, refrendarlo.
Usted
defiende que los magistrados sabían que incumplían la Constitución
al fallar como lo hicieron.
No podían no
saberlo. Esas dos garantías estaban en el primer borrador de la
Constitución, y se mantuvieron en todo el proceso. El constituyente
tenía en la cabeza Catalunya y evitar la situación del 31.
¿Y por
qué se produjo ese fallo?
Les
presionaron y pensaron que no pasaría nada, que no pasaría nada de
lo que ha ido ocurriendo. El centralismo es todavía muy fuerte en el
pensamiento jurídico español.
¿El fallo
es el inicio de la actual situación?
Es que el
fallo quiere decir que en Catalunya ya no hay Constitución
territorial. Por eso, desde entonces, el desorden jurídico es total
en Catalunya y ya se está extendiendo a todo el Estado. Y, por eso,
el contencioso con Catalunya, ahora mismo, ya no tiene solución
jurídicamente ordenada. Hay que inventarse una solución porque la
que ofrecía la Constitución del 78 se la cargó el TC. Dicho de
otro modo, lo que ha conseguido la sentencia, y en eso estamos ahora,
es trasladar el referéndum de punto de llegada a punto de partida.
Un disparate monumental.
La salida
Es necesario
un referéndum que aclare la incógnita sobre la postura de los
ciudadanos catalanes y después haría falta una reforma
constitucional””
¿Punto de
partida? ¿El referéndum es la salida?
A ver. En la
actual situación, no hay salida. Lo que tocaría es una reforma de
la Constitución pero, tal como está el patio, ahora es imposible.
Sería la única solución posible más adelante. Pero en el caso
catalán, existe una previa: se impone la necesidad de un referéndum,
que aclare la incógnita sobre la postura de los ciudadanos
catalanes. De forma ordenada pero referéndum. Al cargarse el
referéndum como punto final, se impone como punto de arranque de un
nuevo pacto. Y, en el caso de que saliera que no, habría que
actualizar el pacto de integración roto. Al final, esto se tendría
que resolver una revisión de la Constitución.
¿Cabría
exigir responsabilidades del TC ante la gravedad de la situación?
Es que a ellos
no se les puede exigir responsabilidades: ellos dictan una sentencia
formal y ya. Al contrario, son ellos los que exigen responsabilidades
a los que no les obedecen. Y a Puigdemont y a todos les van a
encerrar por desobediencia... en fin.
¿La
actuación jurídica de estos días está vulnerando derechos?
Lo que se está
haciendo es una cosa gordísima. Prácticamente se está suspendiendo
la autonomía. Se está aplicando un 155 sin decirlo. Es la política
del Gobierno: yo lo hago pero no lo digo. De esta forma, no me acojo
a una norma jurídica que me pueda limitar. Yo tiro por la calle del
medio con la seguridad de que los tribunales van a estar de mi parte.
Situa Situación actual.
Prácticamente
se está suspendiendo la autonomía. Se está aplicando un 155 sin
decirlo. Es la política del Gobierno: yo lo hago pero no lo digo. De
esta forma, no me acojo a una norma jurídica que me pueda limitar”
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